Para mí, todo comienza por el dibujo. Saber dibujar no es solo tener en tus manos una poderosa herramienta con la que puedes dar vida an ideas únicas, sino un factor que ayuda a capturar una imagen que potencializa la identidad única de cada persona.
En el tatuaje, el proceso creativo se convierte en una forma de expresión exclusiva que refleja tanto la individualidad como las experiencias personales. Por esta razón, no realizo copias ni repeticiones de otros tatuajes; cada diseño es original, ya sea basado en mis propias ideas o en las visiones del cliente, asegurando que cada pieza sea única y profundamente personal.
Más allá de la estética, el tatuaje tiene un impacto significativo en la autoestima y el fortalecimiento de la personalidad. Al ser una manifestación visual de lo que cada individuo es, cree y valora, el tatuaje ayuda a consolidar la identidad y a fomentar una conexión más profunda con el cuerpo. Esta práctica se convierte en un acto de autoafirmación, donde la piel no solo se decora, sino que se transforma, empoderando a quien lo lleva y potenciando su confianza y autocomprensión.
















